Para el resto de las monjas, el trabajar en aquella cocina podía parecer agobiante. Pero no para Sor MAGDALENA quien, pese a los incesantes gritos, reprimendas y empellones que la Madre Trini propinaba a quien no seguía con precisión sus instrucciones, repetía para si el CANTICO que había aprendido de pequeña, y que la acompañaba a todas partes desde entonces:
…»Yo me quería casar
con un mocito barbero,
y mis padres me querían
monjita de un monasterio.»…
Un detalle mas tenía Sor Magdalena: era distraida a morir. Siempre estaba olvidando donde dejaba las cosas, o si ha habia hecho esto o aquello, y no era raro encontrarse toda clase de cosas en los lugares mas inverosímiles, como el salero en el congelador, o el tejido en el horno. Como es de suponer, esta situación la convirtío pronto en presa fácil de la Madre Trini.
-«Te he dicho que al caldo, poca sal, y mas zanahorias!» – Gritaba la Madre Trini, desde el fondo de su ronco pecho, mientras probaba bocado de todo cuanto en aquella cocina se hacía:
– «Demasiado frito»
– «Picado fino, dije fino!»
– «Las papas peladas, por Dios!»
Siempre habia algo que reclamar, y siempre había algo que Sor Magdalena había olvidado. Como esa mañana, cuando Magdalena preguntó:
– «Como me dijo que tenía que ser el pollo para los tamales?»
– «DESHUESADO!» – fue el último reclamo de una cianótica Madre Trini, que azotó sobre el piso.
– «Eso! Deshuesado» – repitió para si, en tono ALIVIADO, mientras continúo con su canción.
. . .
NOTA:
Detrás de este cuento, hay una historia interesante que le dió origen. Como parte de un ejercicio creativo que venimos realizando entre varias personas que nos gusta escribir, de cuando en cuando seleccionamos al azar una serie de palabras, la mayoria de las veces 4 o 5 de ellas sin aparente relación.
A partir de esta lista de palabras, es que nos damos a la tarea, cada uno y desde su muy particular estilo, el crear una historia, un cuento, en donde las palabras se vean involucradas, con la condición de que TODAS sean empleadas en algún momento.
En esta ocasión, la lista fue: MAGDALENA, CANTICO, ALIVIADO y DESHUESADO. El como usarlas y relacionarlas es el objetivo del ejercicio.
De ahi, surgió este breve cuento… y el de ENSIMISMADO, que tambien comparte el mismo origen.