Si. te pensé. Tan presente estabas, que quize compartir contigo detalles finos de uno de tantos placeres de la vida. Un regalo que se disfruta en mas de un sentido a la vez. No hubo una razon en particular.. fue simplemente porque si. Porque te pensé.
Aun así, conociendo la agenda, una llamada para confirmar la expectativa de la sorpresa. Mas tarde, el segundo encuentro del dia. El primero ocurrió a pie de calle, sellado con un abrazo generoso, rico. En el segundo era mas evidente aun la presencia.
Mas sentidos involucrados. Una vista que te recibe, con las niñas brincando. Una mano que se extiende y encuentra eco en otra, y terminan entrelazando los dedos, a manera de abrazo en miniatura. De tus cuerdas vocales, el sonido aspero de tu voz, que endulza mis oidos. -«Una voz sexy» – alcancé a decirte la última vez antes de que el sonrojo le diera alas a tus pies, y salieras volando por la ventana.
Recibes con la misma generosidad que das. Tu regalo te intriga, pues promete abrir la conciencia a nuevas experiencias. Te lo tomas de tarea y prometes darme detalles. Detalles que hoy recibo y compruebo que fuiste alumna aplicada, y tu curiosidad satisfecha. En ellos, me hablas de corazones y esencias balsámicas, que saciaron tu apetito. Feroz apetito, como lo has descrito, mientras yo levanto una ceja… y te imagino igual.
Poco antes de marcharte, dos trenes se cruzaron por vias opuestas. Un guardavias confuso no supo de si. Quizas embelezado, tu sabes. Derecha, izquierda, luego al reves, y despues el choque inminente. Yo cerré los ojos. Tu, no se. Aun asi, recuerdo haberlo visto como en cámara lenta. Cuadro a cuadro, cada vez mas cerca, y haber sentido como el tiempo se detuvo hasta un instante antes… justo antes.
Era facil haberlo robado. Pero no será asi. No por accidente.
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