Gente a la expectativa. Preparativos entre amigos o familia, para presenciar un partido. Todos notificados y enterados por mas de un medio, ahora electronico. Millones de bytes de informacion, que surcan cielos, valles y montañas, pasan bajo oceanos enteros y cruzan continentes ignorando fronteras, a la velocidad de la luz.
Gente que canta y se regocija, previo al encuentro… y que lo comunica de manera creativa:
Decenas de miles de aficionados reunidos, como testigos nada pasivos de un evento, de una «justa deportiva», aunque el nombre no le haga honor realmente a lo ocurrido. Y es que en el limite entre la percepcion y la realidad, se mueve un fiel de una balanza cuyo movimieno se ve influenciado por el mismo parpadeo.
Un gol que fue anotado por Inglaterra, en la cabaña de Alemania, y un silbante de ocarina que insiste en que fue producto de nuestra imaginacion colectiva, pese a todos haberlo visto botar dentro de la porteria… o creimos verlo? La broma chusca no se hace esperar, y recorre el mundo en cuestion de segundos.
Lo mismo mas tarde, entre un Mexico – Argentina, en donde un fuera de lugar se hace evidente ante todos, al ser repetida la escena sin autorizacion, en las pantallas gigantes de un estadio, calentando las cabezas de ofendidos, y los animos de los ofensores.
Ambos eventos, fueron informados a detalle no por uno, sino por miles de «reporteros amateurs» que armados de smartphones y cuanto dispositivo movil tuvieron a su alcance, transmitieron una incesante cascada de mensajes de texto, fotos e incluso videos, a traves de las redes sociales de moda como Facebook y Twitter.
Pasamos de la comunicacion de masas, a la autocomunicacion de masas. Como con los telefonos moviles en que uno se convierte en un numero de localizacion personal que sigue cada uno de nuestros pasos, ahora la tecnologia nos convierte en nodos de una red digital en donde no hay limites.
Cada uno, deja la pasividad del comentario de bar, o con el vecino de butaca, para ser protagonista de historias, dar puntos de vista, emitir juicios, acusaciones, avisar, comentar, felicitar, y derramar cantos o lagrimas y sentimientos, que seran leidos por otros tantos millones de personas alrededor del planeta… en tiempo real.
Atras, quedaron los dias de las cronicas «al dia siguiente». Atras las oficinas de redaccion que informaban, llenas de gente de los medios, para escribir notas que serian publicadas en los diarios o replicadas mas tarde a traves de las señales televisivas. Ahora la comunicacion es en el momento. Quien no lo haga asi, se queda atras. Pierde la exclusiva y la capacidad de generar asombro y polemica entre sus seguidores. Hoy, el flujo de datos es constante… incesante. Y de esto no se salva nadie, porque todos quieren ser protagonistas de su propia historia.
Twitter sufre los efectos de la sobresaturacion, y sus millones de usuarios se quedan con un palmo de narices esperando que el caudal de mensajes se restablezca. A veces tambien, la tecnologia se ve rebasada y tiene que adecuarse.
Asi como tambien deben de adecuarse y adaptarse a estos tiempos las decisiones arbitrales. No es posible que en un momento en que podemos percatarnos de la composicion quimica y fisica de lunas en exoplanetas, a traves de sensores delicadisimos que escudriñan cada detalle de su atmosfera y superficie, no podamos tener tecnologia mas rudimentaria quizas, como para percatarnos si un balon cruzó o no una linea de meta, o si un jugador estaba o no en una posicion que lo habilitara como receptor valido y por consiguiente protagonista heroico de una anotacion historica.
En todos lados hay cámaras, nos persiguen, nos estan grabando todo el tiempo. A veces son tan intrusivas y quieren estar tan dentro de la accion, que se convierten en un obstaculo infranqueable. Una cámara bien ubicada, y que sea respetada por las autoridades, no seria un modesto auxiliar que evite discusiones acaloradas?
La tecnologia existe. Los criterios de implementacion no van a la par de ella. Mentes obtusas que se aferran a modelos que son claramente ya no validos, en aras de un tradicionalismo que ya se siente igual de obtuso.
Finalmente, la celebracion. Vencedores continuan su camino a la fase siguiente…
… y de los vencidos, mucho mas que hablar.
Al instante, los diarios en linea, con la nota a pantalla completa:
… y en la calle, los chicos cambian igual de rápido los nombres de los idolos futbolisticos de su seleccion nacional (Blanco, Franco, Chicharito) a quienes emulan mientras dan pases sobre la banqueta, muchas veces con un balon improvisado con una lata de gaseosa; por los nuevos heroes del momento: Heinze, Messi, Jonas…
Asi de dinamico es ahora el mundo. Y para esto, es para lo que tenemos que estar atentos, porque los tiempos ahora son otros, en los que nosotros mismos somos protagonistas y cronistas de una misma historia.
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